martes, 6 de enero de 2009

Las Ramas Secas

Había una vez un maestro jardinero muy diestro para enseñar cómo cultivar flores, plantas de ornato, para la casa, para los jardines, árboles frutales, etc. Un día, el maestro explica el arte de podar. Enseña cómo y cuándo se debe realizar la poda, con cuál técnica, y especialmente subraya su importancia. Debe hacerse con cuidado, porque las ramas secas siguen chupando la savia vital e impiden el crecimiento de nuevos brotes. Explica las diferentes técnicas de poda, desde las más tradicionales hasta las más modernas.

En un cierto momento, un estudiante le pregunta: "¿Y qué hacemos con las ramas secas?". El maestro jardinero regresa la pregunta a los estudiantes y les dice: "¿Ustedes qué harían con ellas?". Uno responde que escogería las ramas más bellas y las utilizaría para hacer arreglos florales. Otro dice que echaría las ramas más pequeñas en la composta y las más grandes se las regalaría a un amigo que tiene la afición de hacer pequeñas esculturas de madera. Otro dice que las usaría para calentarse; tiene una casa antigua con una chimenea y necesita leña, no importa el tamaño. Otro más dice que utilizaría las ramas más fuertes como apoyos de otros árboles y para construir empalizadas.

De pronto, el maestro se da cuenta que un estudiante no participa de la discusión, parece absorto en sus pensamientos. Voltea hacia él y le pregunta qué está pensando. El estudiante le responde que estaba pensando en su abuelo, que ha desperdiciado su talento de jardinero buscando cultivar las ramas secas: había puesto algunas en agua con abono y otras directamente en la tierra, también bien abonada. Dedicaba todo su tiempo a las ramas secas y descuidaba las ramas y plantas que estaban vivas y verdes. Había gastado toda su energía en las ramas secas que no daban fruto alguno

1 comentario:

  1. HOLA!. ESTE PEQUEÑO CUENTO EN VERDAD NOS DEJA MUCHO EN QUE REFLEXIONAR. SI HABLAMOS DE COSAS Y PROYECTOS PUES DIRIAMOS QUE ES VERDAD , A VECES DEDICAMOS MUCHO TIEMPO, ESFUERZO Y ENTREGA A ALGO QUE NO NOS DEJARA GRAN COSA , QUE NO NOS CORRESPONDE EN LA MEDIDA DE NUESTRA ENTREGA , PERO SI HABLAMOS DE PERSONAS , DUELE, DUELE ,MUCHO QUE PASA EL TIEMPO Y DEDICAS TIEMPO , AMOR A AQUELLOS QUE NO NOS CORRESPONDEN Y QUE SOLO NOS UTILIZAN. PERO SABES, NAVEGANDO EN INTERNET , ENCONTRE SIN BUSCAR ESTE POEMA, QUE AL PARECER ES ANONIMO PUES NO APARECE EL NOMBRE DE AUTOR. Y AL LEERLO CREO EN VERDAD, QUE TODOS NOS DEJAN MUCHO O POCO AL PASO DE NUESTRAS VIDAD. LO QUE SUCEDE ES QUE SOMOS NOSOTROS , QUIENES NOS DESILUSIONAMOS AL PENSAR QUE MERECEMOS MÁS .

    VOILÀ LE POÈME

    Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
    por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
    Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
    mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
    A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

    Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
    El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
    que nos muestra lo que es la vida.
    Después vienen los amigos hermanos,
    con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
    Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

    Mas el destino nos presenta a otros amigos,
    los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
    A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
    Son sinceros, son verdaderos.
    Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

    Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
    y entonces es llamado un amigo enamorado.
    Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
    Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
    tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
    Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
    durante el tiempo que estamos cerca.

    Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
    aquellos que están en la punta de las ramas
    y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
    El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
    algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
    Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
    alimentando nuestra raíz con alegría.
    Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

    Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
    Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
    Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

    Habrá los que se llevarán mucho,
    pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
    Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
    y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.

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